Menorca. 2 Julio 2016

Cala Mitjana. Foto: Max Corradi 64
Hoy hemos decidido tomarnos el día algo más relajado que los anteriores, y para ello lo vamos a pasar de cala en cala. La idea es visitar algunas de las que vimos desde el barco y después alguna nueva. No es que seamos gente a la que le guste pasar todo un día tirados en la playa, pero un viaje a Menorca hace que tus preferencias se vean modificadas. Y eso es lo que nos ha ocurrido a nosotros.

Hemos ido en primer lugar en coche hasta el parking gratuito de macarella.  Un poco más abajo y más cerca de la cala hay un parking de pago, el gratuíto está a unos 10 minutos andando de la cala. Desde macarella, andando bordeando el acantilado, unos 10 minutos más, aparece la cala macarelleta, donde hemos pasado parte de la mañana tumbados tomando el sol.

Hacia las 12 más o menos, hemos cambiado de cala y hemos vuelto a macarella. Aquí tranquilamente nos hemos liado medio bocata de sobrasada y otro medio de queso. Está cala está muy bien para pasar el día, ya que tiene un chiringuito de playa donde puedes comer en sombra y tomarte un café. Nosotros hemos hecho lo segundo, y no ha sido excesivamente caro, 1.50 el cortado. Atención furgoneteros, por 1 euro tienes duchas con agua caliente.

Cala Mitjaneta. Foto: albir
Después de reposar un ratito a la sombra, nos hemos ido a cala Mitjana (39°56'03.0"N 3°58'18.7"E), aunque para llegar andando, tienes que pasar antes por Mitjaneta. El coche lo tienes que dejar en la urbanización y se llega después de andar unos 25 minutos por un sendero que está bastante bien señalizado.

Cala Mitjana es una pequeña cala virgen. Sus aguas azul turquesa y su situación central en la isla, al lado de Cala Galdana, la hacen recomendable y accesible para todo el mundo.
Si Cala Mitjana os pareciera muy grande, a su derecha tenéis Cala Mitjaneta, una cala que podríamos definir casi como unifamiliar.

Estas dos calas forman en conjunto uno de esos paisajes que no dejan indiferente a nadie y todo el mundo desea disfrutar alguna vez. Playas vírgenes rodeadas de pinos con aguas azules y transparentes que invitan al baño.

Para terminar la tarde, hemos decidido volver a cambiar de cala, en esta ocasión vamos a cala Galdana (39°56'13.8"N 3°57'38.8"E), ya que no tenemos que coger el coche, se puede ir andando perfectamente. Solamente tienes que bajar unas cuantas escaleras desde la urbanización justamente al lado del Hotel Melia. 
Cala Galdana. Foto: morfheos

Cala Galdana es una de las calas más extensas de Menorca en ella encontraréis todas las comodidades que podáis necesitar: tiendas, quioscos, tumbonas y chiringuitos y para los furgoneteros, muy importante, duchas.. Realmente es una playa y no una cala. A pesar de eso, se trata de una playa espectacular que comparte con todas las playas del sur la arena blanca y las aguas transparentes. No te recomendamos esta playa si lo que buscas es tranquilidad y paisajes vírgenes, porque Galdana está explotada al máximo.

Una de los puertos con más vida nocturna es Cala Bosch, hacia donde nos dirigimos a última hora de la tarde. La idea es pasar allí lo que queda de tarde antes de cenar y después buscar algún sitio donde cenar y tomar algo. Tras un pequeño trayecto de 30 minutos llegamos a cala Bosch.

Este lugar se trata de un pequeño puerto deportivo muy animado. El paseo está lleno de pequeñas tiendas, restaurantes y bares. No es un lugar que tenga mucho más pero es un buen sitio para cenar ya que la variedad es amplia.
Cala Bosch. Foto: thementalimages

Nosotros después de mirar varios sitios donde poder cenar, nos decantamos por un restaurante de comida italiana. Un risotto con mejillones y un plato de farfalles con gambas, acompañados de dos cervezas va a ser nuestra cena. La cena no ha estado mal, mejor el risotto, y el precio normal, pero el café!!!  que ostión nos han metido por el café. Debe de haberlo traído el mismo Juan Valdés desde Colombia y nadando....2.20 euros el café. Y eso que era cortado, si lo llegamos a pedir con leche, lo mismo tenemos que vender el piso para pagar los cafés. Madre mía.

Con este dolor de riñones, después de haber tenido que donar uno por culpa del café, ponemos fin a la noche. Se nos ha quitado las ganas de tomar nada por aquí, porque por una copa lo mismo tenemos que pedir otra hipoteca.